domingo, 30 de junio de 2013

Gracias, de todo corazón




Un sueño: Tener un corazón en el que quepa en mundo entero





Gracias a todos los amigos blogueros que os habéis preocupado por mí.
Sabía que erais un SOL.
Y mil perdones por no haber dado señales de vida en todo este tiempo
Mi salud se resintió un poco, pero ya está superado.
Por otra parte, de nuevo tengo un compromiso muy estrecho, tanto que duermo con él, con alguien desfavorecido que me necesita, y como imaginareis, esto ocupa casi todo mi tiempo.
Estoy muy contenta y entregada, porque nuevamente Dios a puesto en mi camino a un pequeño que va a salir adelante. Lo digo con todo el optimismo y la esperanza.
De nuevo pues, perdón por no haberos dicho antes lo mucho que os aprecio, que estoy mejor y que sólo me ocupa un enorme proyecto humanitario.
Os sigo leyendo y contestando poquito a poco.
Y os pido que si con la que esta cayendo, os queda algo de energía positiva, me la enviéis sin tardanza, la necesito.
Besos para todos, amigos.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Campanillas chinas y otras yerbas



Mi hija, ha conseguido alegrarme el día



Mi hija me ha regalado una planta de campanillas chinas. No conocía esas flores, también les llaman flor balón, porque sus capullos lo parecen.

Esto me ha alegrado mucho el día, además de otras cosas. A saber:

No me han imputado.
Y no me han imputado porque no he hecho nada que esté fuera de la ley.
Por lo tanto, soy libre, que es el bien que más aprecio en esta vida.

Parece que estoy  pintando todo de color rosa chicle. Pues no. A saber:

Si mis hijos pasan hambre, robaré y me imputarán.
Si me imputan, me condenarán y perderé mi libertad.

Deducción:

No somos todos iguales ante la ley. Los apellidos cuentan. El color de la sangre, también.

Y antes de que me suba la tensión arterial acompañada de un sofoco, me voy a regar la planta mientras canto "la vida es una tómbola, tom tom tómbola".




miércoles, 1 de mayo de 2013

La conjura de los necios







Hace ya muchos años que leí  "La conjura de los necios". Cada libro que ha  pasado por mis manos, se ha convertido en un amigo, aportándome unas u otras sensaciones: Alegría, tristeza, asombro, emoción.... Pero no recuerdo haberme reído a carcajadas nunca como con éste.

Ahora lo he releído y de nuevo me lo he pasado bomba.

El excéntrico Ignatius Reilly que creó John Kennedy Toole, narra unas anécdotas geniales, ácidas e inteligentes, que no dejan de tener, como casi siempre el humor, un poso de amargura.

El protagonista, Ignatius, está empeñado en cambiar el mundo desde su habitación. Pero he aquí que a sus treinta y tantos años, se ve obligado a trabajar...

Una loca historia de crítica social que engancha desde las primeras páginas.

Unos personajes, a cual más desagradable, pero más surrealista y divertido.

Lástima que su autor nunca lo viera publicado.

Cuando lo acabó, a sus treinta y dos años, lo intentó, pero no lo consiguió. Al parecer, esto le produjo una profunda depresión que le llevó al suicidio.

Gracias a la tenacidad de su madre, hoy podemos disfrutar de ésta deliciosa novela.

Para quien le apetezca pasar un buen rato, este premio Pulitzer, merece la pena.

Y si no,  también podeis recrearos en el Hola con la coronación del holandés... Menudo ambientazo¡ Vaya tiaras y diademas¡ Y la capa de armiño?... Todo un cuento de hadas dentro del mundo real.

Pero ya se sabe, "sobre gustos no hay nada escrito".