lunes, 21 de noviembre de 2011

Los amigos













Entre "Las Moradas" de Santa Teresa de Jesús y una novela de Corín Tellado, hay un abismo. Aunque cada una tenga su espacio y su momento para entretenernos o levitar.
Lo mismo ocurre con los amigos: Ni todos son buenos ni todos malos. Los encontramos a determinada edad, en una época de nuestra vida...Con trenzas y uniforme, somos siamesas de Mari Puri, y resulta que al pasar los años ella es una heavi metal de libro y nosotras más clásicas que nuestras madres.
En la Universidad formamos parte en unas jornadas contra el maltrato animal y conocemos a Jaime. Pasado el tiempo, a aquél que parecía ser nuestra alma gemela, nos lo encontramos en la cola de las taquillas de la plaza de toros de la Misericordia, emocionado porque va a disfrutar de una faena de "El Juli".
De esta manera, la gente se va quedando por nuestro camino y nosotros por el suyo.
Amigos altruistas y generosos, a los que cuando visten corbata de Gucci ya no les podemos pedir el mínimo favor.
Amigos alegres y fiesteros, que una vez casados con la gemela de Otello, se cruzan de acera para no verse comprometidos.
Todo esto, me reafirma en el dicho de que "los verdaderos amigos se pueden contar con los dedos de una mano y aún sobra el meñique".
De todas formas, para todos los demás, los que fueron importantes e incluso imprescindibles en algún momento; con los que cambiamos chuletas de literatura o cartas de amor; a los que consolamos y nos consolaron, a los que besamos y nos besaron pensando que era para siempre... Para todos ellos, tenemos un rincón en el corazón, porque forman parte de nuestra vida. Y algo han colaborado en que esta sea casi bella.

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