"Hay besos que en los labios dejan huellas como un campo de sol entre dos hielos". Gabriela Mistral
Sólo pensar en huellas, acerca la imaginación a la arena. Una orilla de cualquier mar en la que alguien se hace presencia a través de sus pasos, y un borrador que presuroso las hace desaparecer, la ola.
Pero existen muchas otras huellas, como las de los besos, las de los abrazos, las de las caricias, las de las sonrisas... Algunas que recordamos durante toda la vida, otras que anhelamos desesperadamente olvidar.
Y las perdurables sin excepción, las de los hechos.
Huellas de aquello que un día hicimos y de lo que nos sentimos orgullosos. La huella en la frente del enfermo, la de la mano tendida al necesitado, la de la visita al privado de libertad, la de la manta al que tiene frío...
Huellas de lo que erramos y de lo que nos sentimos avergonzados. La huella de la indiferencia, la de la prepotencia, la de la vista puesta en nuestro ombligo, la de hacer oidos sordos a la injusticia, la de la intolerancia...
Hoy aún estamos a tiempo de dejar huellas importantes, decentes, solidarias y comprensivas. Mañana, puede ser tarde.
La Tierra es enorme. No sólo hay que dejar huellas en nuestro cuarto de estar.
Apreciada Campanilla:
ResponderEliminarLas huellas que quedan en el alma, en el corazón y en la conciencia, son imborrables, por lo antes de dar un paso en falso, hay que pensarlo dos veces, para no lastimar ni salir lastimados.
Hermosa y reflexiva entrada, como siempre!
Abrazos alados, con el alma.
TE dejo mi huella con un beso muy cariñoso.
ResponderEliminarEs verdad que a veces actuamos a la ligera, sin pensar en la huella que estamos plasmando; pero cuando se impulsiv@ y visceral es muy difícil cambiar de actitud.
ResponderEliminarHabrá que ir más despacio.
Besos.
Qué estupenda forma de motivar a la acción amiga. Poquito y continuamente, como las hormiguitas, se hacen grandes obras. Solo hace falta no claudicar... Ni siquiera trazarse las grandes obras, si cada uno trabaja con lo que ve a su alrededor, con lo que puede, cuando menos imagine ya el mundo se ha ido hermanando.
EliminarMuchos besos, Campanilla. sigue motivando y con esa vena de líder. Todo lo que digas influye, siempre alguien lee, o escucha o ve.
Hola mi querida amiga que bello texto muy importantes las huellas que dejamos en la vida, sin siquiera imaginar la importancia que es para las personas, que son tocadas por ellas, las huellas que dejamos en el alma y en el corazón de sores amados son las más importantes, un hermoso y muy verdadero escrito muchas gracias por compartirlo.
ResponderEliminarUn gran abrazo que estés muy bien amiga mía.
Hermosa reflexión mi linda Campanilla! Debemos tratar de dejar huellas que queden para siempre grabadas en el alma y el corazón, huellas de amor y solidaridad, jamás de odios y egoísmos. Por mi parte te dejo mi huella de amistad sincera y me voy muy feliz de haberte leído!! Besos azulados jeje
ResponderEliminarA veces, una palabra o un simple gesto deja huellas que duran toda la vida. Ojalá siempre fueran huellas para bien. Es lo que hay que intentar.
ResponderEliminarLas huellas son lo único que queda de nosotros visible cuando ya no estamos. Hay que tener cuidado con ellas. Un beso.
ResponderEliminarCampanilla,tu post reflexiona sobre las huellas de vida,que vamos dejando y encontramos a nuestro alrededor.La inteligencia emocional va seleccionando lo bueno y lo malo y nos queda grabado en el alma,aquello dónde pusimos el corazón,aquello,que nos emocionó con intensidad o nos hizo llorar de dolor...La vida es sentimiento y todo lo que sentimos y nos dejan con el corazón,todo eso queda como una huella eterna e imborrable.
ResponderEliminarMi felicitación por profundizar en esas huellas de vida,que vamos dejando y que nos dejan, dando sentido a la vida y a la existencia.
Mi abrazo grande y mi ánimo siempre,amiga.
FELIZ SEMANA Y HASTA PRONTO,CAMPANILLA.
M.Jesús
Hola amiga, te dejo mi huella en tu blogs con todo mi cariño.
ResponderEliminarUn beso.
Cierto, no solo hay que dejarla en el cuarto de estar. Yo me conformaría en que todos la dejaran en algunas otras salas de estar cercanas y necesitadas...
ResponderEliminarbesos
Estimada hermana, gracias por este compartir, perdone pero he perdido su correo, por eso no he podido escribirle para decirle el correo nuevo que poseo, Dios sea con usted, Gracias.
ResponderEliminarHola Campanilla!!
ResponderEliminarHay huellas que dejan surcos profundos en nuestra piel, nuestra alma y nuestro corazón... Así lo hacen los besos y los abrazos de las personas que más amamos, pero también dejan huella la indiferencia, los silencios, la mentira...
Saludos!!
RoB
Eres tan profunda, tan humana y siempre pensando en el futuro..
ResponderEliminarMe encanta eso.
Y tienes razón, si deseamos dejar un buen recuerdo, debemos comenzar desde ya! :)
Eso al menos es lo que yo intento a diario, dejar mi huella, la mejor posible, si acierto bien si no mala suerte pero siempre desde el cariño y el corazón.
ResponderEliminarLas malas huells que nos dejaron, lo mejor olvidarlas despues de extraerle la sabiduria necesaria para seguir adelante.
un besote
Campanilla,tus entradas son claras,reflexivas y con tu toque personal,amiga.Somos compañeras de camino,nos gustan las letras y luchamos por la vida.No hay nada vulgar en tus posts,son dignos y vitales...¡¡ARRIBA LA AUTOESTIMA,MUJER!!
ResponderEliminarMi abrazo y mi ánimo siempre,amiga.
M.Jesús
Y este artículo me dejó grata huella en el corazón, figura de mi alma.
ResponderEliminarLas huellas amigables, en lo que tenemos a nuestro alcance, pueden crear cìrculos de solidaridad que se van alargando, lo importante es empezar. Las otras huellas, serìa mejor que el viento y el agua las pudieran borrar... aunque las improntas selladas en el alma no se pueden remover.
ResponderEliminarCampanilla, qué preciosa entrada como todo lo que escribes, deja una huella invisible, profunda que hace reflexionar. No podìa ser màs acertada la conexiòn con las palabras de la magnìfica Gabriela Mistral. Las huellas que dejan calidez en el corazòn como esos besos que estremecen.
La huella que prefiero encontrar en los demàs y que es fàcil de donar, aunque no se prodiga, es la de la sonrisa. A veces, una simple sonrisa te hace palpitar como tu aleteo de Campanilla en el bosque florido.
Un abrazo fuerte querida Campanillita alada
Chusa
Buena reflexión. Si todos fuéramos dejando huellas de buen hacer, el mundo no estaría donde está. Un beso Lola
ResponderEliminarNo hay nadie que pase por este mundo sin dejar huella, por pequeña que sea ésta.
ResponderEliminarBesos.