No es necesario mucho espacio... Pero sí bien aprovechado |
El interior de las personas es como un armario, más o menos lleno, más o menos ordenado.
Hay armarios que con solo abrirlos una rendija, dan ganas de salir corriendo... Desordenados, polvorientos, adueñados por las polillas.
Otros que no guardan muchos tesoros crematísticos, pero sí recuerdos maravillosos.
Los que están bien ordenados y perfumados son un placer.
La curiosidad por conocer a alguien nos lleva a meternos en su interior. Y las sorpresas son múltiples e interesantes.
A veces el armario tiene unas viejas puertas que no cierran bien, está desvencijado y con la pintura desgastada.
Sin embargo, no hay más que asomarse dentro y sentirse cómodo, a gusto, porque está lleno de cualidades bien colocadas y dispuestas a ser compartidas.
En otras ocasiones, el armario está hecho de ébano y marfil y sin embargo al abrirlo ahuyenta... Telarañas, polvo y rencores amontonados en los estantes, esperando a contagiar a quien se acerque.
El hábito no hace al monje. La esencia está detrás de las puertas de los armarios, no afuera.
Y a veces, cuando la persona es muy transparente, con un pequeño estante basta. Todo al descubierto, lo mejor y lo peor, sin maquillaje ni puntillas.
Lo que es cierto, es que por mucha pereza que nos dé, no queda más remedio que hacer limpieza de vez en cuando. Tirar los malos recuerdos, los hábitos poco recomendables, los defectos y rencores...
Y dar paso a los saquitos de lavanda y romero, a los membrillos y la hierbabuena... Al buen humor y la esperanza, la sonrisa y la solidaridad, la compasión y la dulzura.
Vaya si da pereza hacer limpieza, pero es tan necesario... hasta terapéutico.
ResponderEliminarHola amiga, da pereza, pero es higiénico.
ResponderEliminarBesos.
Si te pones hacer limpieza amiga Campanilla, cuenta conmigo para echarte una mano, me pondré la cofia y el delantal, y te ayudare a limpiar de malos royos tu precioso armario y, en su única estantería pondremos un saquito lleno a reventar de buenas sensaciones.
ResponderEliminarAlguna vez, yo también tendré que hacer limpieza en mi viejo baúl.
Un abrazo
Yo soy desordenada pero me encanta el perfume de limpio en el armario, el de lavanda en un saquito y cuando llegan los membrillos, estos no faltan en algùn cajòn. Es cierto que los armarios pueden "esconder fantasmas" y secretos que es necesario afrontar para recuperar autenticidad con uno mismo.
ResponderEliminarMe alegra Campanilla leerte de nuevo. Eres un rayo de sol.
Un abracito veneciano,
Chusa
Yo soy desorden y caos.
ResponderEliminarCampanilla asómate al armario de mi vida, coloca membrillos, saquitos de olor y vainilla...Quisiera que lo encontraras ordenado...y sobre todo lleno de afectos, cariños y buenas acciones...
ResponderEliminar¡Como escribes¡¡¡¡
Besos dorados de otoño.
Las puertas de mi armario cada vez están más desvencijadas, es el paso del tiempo jajaja. Me gusta el orden y espero que mi interior esté bastante acomodado a estas alturas. Solo espero que esa gran sala donde estamos ubicados, llamada vida, no nos zarandee demasiado.
ResponderEliminarUna gran entrada querida Campanilla. Seguro que tu armario es muy primoroso.
Un beso grande.
Hay armarios grandes, pequeños, llenos y rebosar y vacios hasta en los agujeros...
ResponderEliminarNo es fácil limpiar el cuarto oscuro, pero de vez en cuando hay que airearse y alimentarse de energia positiva.
Besos
Mi interior tu lo conoces muy bien y es minimalista, con mucha energía, amor y todo lo que de allí se desprende. Yo creo que tu interior también es algo así.
ResponderEliminarMe gustó mucho esta entrada, una explicación muy práctica.
Muchos besitos.
Muy interesante tu comparacion...
ResponderEliminarExcelente tu texto me ha encantado
Mi armario, Campanilla, es desordenado, impulsivo como yo pero huele muy bien y todo lo que tengo dentro es para compartirlo. Un beso Lola
ResponderEliminarhttp://boheme.zruspas.org
Hola Campanilla. Vengo a dejarte un saludo que hace mucho que ando desaparecida de los blogs.
ResponderEliminarUn fortísimo abrazo cielo
Hola amiga!! Me encantó la analogía que has hecho. Yo intento tener todo limpio y en orden. Soy feliz así. Y tengo la sensación de que eres parecida a mi :D Muchos cariños y feliz fin de semana!!
ResponderEliminarHola Campanilla, nada mejor que limpiar el armario de vez en cuando y dejar en el solo lo imprescindible.
ResponderEliminarUn besote