lunes, 28 de noviembre de 2011

Y no me importa nada



Como la canción de Luz Casal, no me importa nada. Para ser más exactos, casi nada. Por eso de que los "casis" siempre hay que tenerlos en cuenta.
A mi alrededor veo tantas bobadas y tanta gente que las cree importantes... Me parece una pérdida de tiempo, pero claro, tampoco me voy a convertir en la asesora mundial de todos los bobos. Y no es que yo esté iluminada para ver lo que otros no ven, nada de eso. Simplemente que algunos, o muchos, ya nos hemos quitado la mochila repleta de tonterías de encima, y nos da mucha pena que otros la arrastren durante toda su vida.
Que los adolescentes estén todo el día pensando en el qué dirán: Ay¡, qué dirán si llevo el pelo mal, si mi mochila no es de marca, si mi perrito no es de raza, si mi colegio no es bilingue... puede pasar, porque a los quince años los sesos no se han terminado de componer, !los pobres llenitos de mariposas revoloteando sin cesar.!

Pero que vayamos cumpliendo años y sigamos en ese estado, tan vacíos de contenido, sólo preocupados de nuestro ombligo, bueno y del ombligo del vecino (qué ropa lo cubre, en qué coche viaja, cuánta hipoteca le queda por pagar... al ombligo del vecino quiero decir), eso si que es casi una tragedia. Porque la vida se va en un suspiro, y con tanta bobada, ni suspiras a gusto.
En fin, qué le vamos a hacer, quitarle importancia a ese gente. Lo contrario, sería un grave error, porque acabaríamos criticándolos, y por lo tanto, pareciendonos un poco a ellos.

Hay personas cuya compañía es sublime y otras que te convierten a tí en sublime, por hacerles compañía.
La vida es bella, pero sólo casi, ya sabeis....

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