A mi amiga Carol no le gusta pisar firme. Pisa despacito para no molestar. Entonces, lo que pasa es que recibe muchos pisotones y se pone triste.
A mi amigo Juan no le gusta hablar alto y claro. Habla susurrando, y recibe muchos gritos que le hacen empequeñecer.
Mi amiga Lena sonríe todo el rato, y dicen de ella que es boba, y la hacen llorar.
Todos ellos quieren que les quieran y creen que así, pisando flojito, hablando bajito y sonriendo, lo van a conseguir. Pero sólo reciben indiferencia y maltrato.
Así que no saben que hacer.
Como todo lo que tiene que ver con los sentimientos, es difícil, pero se puede aprender, practicando y con paciencia.
Habrá que taconear con fuerza, hablar bien alto y ponerse serio, cuando nuestro interlocutor se nos sube a la chepa, con maldad y sin miramientos. Ese, nunca nos ha querido, ni queremos que nos quiera. Por lo tanto da lo mismo. Si es compañía de un día, o de un momento, mucho mejor. Si es necesario soportarlo habitualmente, porque por ejemplo es el jefe, no nos queda más remedio que plantarle cara, y sino, cambiar de trabajo.
Es imposible gustar a todo el mundo, y mucho menos ganarnos su amor a base de humillaciones.
Quienes merecen la pena, aparecen sin ruido y se instalan en nuestro corazón y nosotros en el suyo. Nos aceptan como somos, disfrutan
de nuestra compañía y nos ayudan a crecer un poco todos los días.
Los otros, sólo son sombras lúgubres que estropean el panorama de un buen día, y si les tenemos muy cerca a menudo, pueden convertir nuestra vida en una pesadilla.
Soy un combinado de Carol, de Juan y de Lena. Pero con los malos... !!Leña al mono!!!!!!!
ResponderEliminarmuy bueno :)
ResponderEliminary es que si no al final acabas peor, seguramente sea una buena filosofía de vida contra el "bullying"
pero siempre me costará entender por qué existe gente tan sádica que al conocer a alguien que se deja notar menos siente el deseo de pisar, pisar y pisar, eso me entristece :(
un besito! ^^