
Ahora ya me gusta la sopa. No tengo seis años. Pero tengo a algunos Felipes, Manolitos, Susanitas, Libertades y Guilles a mi lado... La prota del comic de mi vida, soy yo. Pero todos estos compañeros de viñetas, son imprescindibles. Sino, sería un comic vacío, un rollo, vamos.
A casi todos nos gusta ya la sopa, aunque alguno todavía se resiste. Ya hemos dejado de lado esa teoría juvenil e idealista que desprecia el dinero. La del griterío revolucionario en las calles y plazas,y la de la negación absoluta de los placeres burgueses...
Aunque sigamos escuchando a los mismos cantautores y a los mismos grupos de rock, lo hacemos cómodamente. Sentados o tumbados si puede ser, calentitos o refrigerados, según la estación. Con algo más de liquidez en el monedero, con muchísimas canas, algunas arrugas (tampoco tantas, oye), y alguna pieza dental sintética (no todos...).
!Cómo se cambia! Parece mentira, con lo cómoda que me resultaba la posición del loto y la rapidez con la que "saludaba al sol" en mis clases de yoga... Y no me dolía nada, ni tenía miedo a romperme la crisma. Y ahora...
Pero no todo va a ser malo, según pasan los años nos volvemos más libres de prejuicios, empezamos a darnos cuenta de la belleza y el milagro de que crezcan flores, somos más bondadosos y más experimentados...TEORIA. PURA TEORIA. PURISIMO CUENTO CHINO.
La edad en la que ya tomamos sopa también nos hace impertinentes, injustos, posesivos y fácilmente ofensibles. Esos viejitos bondadosos y a los que todo les parece bien sólo son los abuelitos de los osos amorosos.
Así que !hala! cuanto antes a trabajar la paciencia y el optimismo para no volvernos
tan insoportables.
Aunque ahora sólo la tomo de sobre, porque como la que hacía mi madre, no hay otra.
ResponderEliminarpaciencia lo que más!
ResponderEliminarNo lo dudes, Carmencita. A todas las edades, supone una de las cualidades más útiles. Besos.
ResponderEliminar