miércoles, 30 de noviembre de 2011
Ya me gusta la sopa
Ahora ya me gusta la sopa. No tengo seis años. Pero tengo a algunos Felipes, Manolitos, Susanitas, Libertades y Guilles a mi lado... La prota del comic de mi vida, soy yo. Pero todos estos compañeros de viñetas, son imprescindibles. Sino, sería un comic vacío, un rollo, vamos.
A casi todos nos gusta ya la sopa, aunque alguno todavía se resiste. Ya hemos dejado de lado esa teoría juvenil e idealista que desprecia el dinero. La del griterío revolucionario en las calles y plazas,y la de la negación absoluta de los placeres burgueses...
Aunque sigamos escuchando a los mismos cantautores y a los mismos grupos de rock, lo hacemos cómodamente. Sentados o tumbados si puede ser, calentitos o refrigerados, según la estación. Con algo más de liquidez en el monedero, con muchísimas canas, algunas arrugas (tampoco tantas, oye), y alguna pieza dental sintética (no todos...).
!Cómo se cambia! Parece mentira, con lo cómoda que me resultaba la posición del loto y la rapidez con la que "saludaba al sol" en mis clases de yoga... Y no me dolía nada, ni tenía miedo a romperme la crisma. Y ahora...
Pero no todo va a ser malo, según pasan los años nos volvemos más libres de prejuicios, empezamos a darnos cuenta de la belleza y el milagro de que crezcan flores, somos más bondadosos y más experimentados...TEORIA. PURA TEORIA. PURISIMO CUENTO CHINO.
La edad en la que ya tomamos sopa también nos hace impertinentes, injustos, posesivos y fácilmente ofensibles. Esos viejitos bondadosos y a los que todo les parece bien sólo son los abuelitos de los osos amorosos.
Así que !hala! cuanto antes a trabajar la paciencia y el optimismo para no volvernos
tan insoportables.
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Aunque ahora sólo la tomo de sobre, porque como la que hacía mi madre, no hay otra.
ResponderEliminarpaciencia lo que más!
ResponderEliminarNo lo dudes, Carmencita. A todas las edades, supone una de las cualidades más útiles. Besos.
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