Amar a un hijo

"Pero nunca te acordaste, de pintar un ángel negro"

Por experiencia propia sé que compartir sangre no es directamente proporcional a amar incondicionalmente, con locura, como se ama a un hijo.

Mucha es la gente que cree que hay que parir, para querer a alguien de ese modo.
Pero si el parto sólo dura un ratito¡¡¡. Malo, eso sí, o por lo menos incierto y doloroso, pero al fin y al cabo ¿qué es eso comparado con todo lo demás?.

No te parí, pero tu sonrisa es mi vida.
No te amamanté, pero tus logros son mi felicidad.
Nada te pareces a mi, pero tu y yo tenemos un lenguaje secreto, que nadie más conoce.
Mi apellido no es el tuyo, pero las noches de fiebre unen mucho más que un apellido.
Tus manos son de un color diferente al de las mías, pero tus caricias son eternas.
Tu pelo, más oscuro, pero el que más me gusta peinar.
Tus deberes del cole, nuestra forma de pasar las tardes.

Te quiero como sólo se puede querer a un hijo. Lo de la sangre es sólo una leyenda....

Y te pido lo mismo que a los hijos que parí: Que nunca olvides que nuestros corazones laten y latirán al unísono hasta el día en que mis ojos se cierren para siempre.