La enseñanza de hoy en día

Es posible que esta entrada la lea algún profesor que no esté de acuerdo conmigo. Pero si a la vez que se dedican a la enseñanza, son padres, a lo mejor me dan la razón.

¿Cuántas veces utilizamos en nuestra vida cotidiana los quebrados? pues pocas, o igual ninguna. ¿Y la propiedad distributiva?... ¿No será mejor saber por dónde pasa el Tajo, que señalar en el mapa todas las montañas y cordilleras africanas, sin saltarse ni una sola?... Y bien está saber lo que es una pirámide o un zigurat, teniendo en cuenta la importancia de la antigua cultura egipcia, pero ¿el nombre de todos los dioses no será demasiado?.

Muchos detractores ha habido de esa asignatura que implantó  el anterior gobierno de la nación, llamada    "Educación para la ciudadanía". Pues la verdad es que al menos, el libro que le "tocó" a mi hijo, a mi me pareció que tenía mucho interés, interés cotidiano y para siempre. Malos tratos, conciencia de la igualdad de género, breves biografías de personajes que han cambiado el mundo en cuanto a temas de solidaridad y de paz, xenofobia y respeto por todos los seres humanos, religiones del mundo...

Realmente mucho más útil que saber cuánto miden las montañas de la luna y la profundidad de sus cráteres...

Y en cuanto a gramática se refiere, qué útil me parece que nos encargaran los profes de mi tiempo, aquellas redacciones sobre "las vacaciones", "la navidad", "las mascotas"... en las que si repetías palabras, o tenías faltas de ortografía, te bajaban la nota ostensiblemente (por cada tilde que faltaba, medio punto).

Yo ya hace muchos años que acabé el bachillerato, y la reválida de entonces. Y me atrevería a decir que los alumnos llegabamos al Preuniversitario, o al COU, sin faltas como las que ahora tienen los alumnos de segundo y tercero de carrera universitaria.

Ahora, eso sí, los padres poco o nada podemos hacer por remediarlo. Si no es ponerles nuestras propias actividades extraescolares, como que no pase un día en el que no lean unas páginas de un libro (si les obligan a leer mitos y leyendas de la cultura griega, se aburren) de aventuras, adecuado a su edad, y  enseñarles a usar los euros para que puedan ser independientes a la hora de comprar.

Y  los educadores, a los que profeso gran respeto porque desarrollan una labor complicadísima, tampoco tienen en su mano cambiar los textos y deben ceñirse a los programas que les imponen.

No sé muy bien qué ha ocurrido, pero de unos años (bastantes) a esta parte, la enseñanza me parece que está llena de carencias y sin embargo, con unas exigencias, sino inútiles, muy poco prácticas.