No siempre los reencuentros son tan agradables como este. Tan cálidos, tan llenos de mensajes amables, tan esperanzadores.
El reencuentro con vosotros es maravilloso. Ahora, poco a poco como fluyen las aguas de los ríos mansos y caudalosos, voy a emplear gran parte de mi tiempo en visitaros, disfrutaros y sentiros cerca nuevamente.
Los poetas, los incomprendidos, los felices genéticos, los ingeniosos, los solitarios, los escritores de premio, todos habeis tenido durante esta ausencia un lugar en mi corazón.
Los corazones son como laberintos, una vez que se entra en ellos, es difícil salir porque por uno u otro motivo te quedas atrapado. Feliz cautiverio al fin y al cabo.
Hoy sólo me atrevo con este hermoso reencuentro que me hace feliz. Un mundo virtual en el que me muevo como pez en el agua gracias a todos vosotros, a la cercanía y el cariño, a la comprensión y el ánimo.
Pero poco a poco iré entrando nuevamente "en materia". Mi materia, la de los rebeldes que poblamos este mundo tropezando una y otra vez en la misma piedra.
Sí, como las acémilas, pero también como los que no se conforman con la evidencia de que siempre el pez grande se coma al chico. Por decreto, por dejadez, por pasotismo, o por lo que sea.
Gracias por todos vuestros mensajes. La alegría de la vida está en las pequeñas cosas, como unas líneas que alguien te dedica.
La alegría de la vida está, ciertamente, en los pequeños detalles. Justamente por pequeños son importantes.
ResponderEliminarHola querida Campanilla!!!! Regresas con unas líneas preciosas cargadas de buenos sentimientos que estoy segura que no dejarán indiferente a ninguno de tus amigos lectores que somos partes de tu espacio. Me alegra mucho que hayas vuelto! Espero que hayas tenido unas maravillosas vacaciones. Gracias por tus palabras que describen perfectamente lo que un contacto que es sólo virtual, en la mayoría de los casos, puede generar lazos tan fuertes como en la vida "real". Te dejo un abrazo inmenso amiga!!
ResponderEliminarFeliz regreso, con una entrada llena de sentimientos
ResponderEliminarUn abrazo
Hola mi querida amiga que alegría tenerte de vuelta, me alegré mucho encontrar tu hermoso comentario en mi espacio muchas gracias que lindo tenerte de nuevo en tu casita.
ResponderEliminarUn abrazo grande que estés muy bien, amiga mía.
Un fortísimo abrazo de reencuentro, que alegría volver a verte!!! Eres una gran fuente de amor para quienes tenemos la dicha de conocerte.
ResponderEliminarUn nuevo abrazo y la esperanza de que todo vaya, poquito a poco, algo mejor.
ResponderEliminarUn beso grandote desde esta otra playa de la vida.
ResponderEliminarHe vuelto un poco vaga y sin inspiración...
Ya vendrá el frío.
Animo y besos guapa.
No te conocía pero me encontré contigo en el blog de Teresa.
ResponderEliminarVeo que tu regreso ha causado mucha felicidad entre tus lectores.
Tu mensaje de llegada es cálida y con mucho sentimiento.
Me uno a los que te brindan tanto calor humano. Bienvenida.
Un saludo desde una Copenhague donde la sirenita acaba de llegar de su viaje submarino,'
Ian.
Bienvenida querida amiga, has finalizado un merecido descanso de tus cotidianos quehaceres y se nota un pelín que has recargado batería ¿o no? Es un placer volverte a encontrar en este espacio virtual.
ResponderEliminarun abrazo
¡Me alegra tu regreso, Campanilla, se te andaba extrañando!
ResponderEliminarY por el pulso, no te preocupes, ya lo tomarás
Besos
Querida Campanilla:
ResponderEliminarCuanto me alegra que estés de retorno, ya te echaba de menos, pero sabes? algo me decía que ibas a volver, que solo era un paréntesis y ahora celebro que esa corazonada haya sido realidad.
Bien dicen que los reencuentros son doblemente inolvidables.
Abrazos alados, compañerita de alas.
Perdón por invadir tu blog Campanilla.
ResponderEliminarHe visto tu nombre en el blog de Enrique Arias Valencia y seguí los links hasta aquí.
La razón de mi visita es para pedirte que me digas si sabes algo de los terribles rumores que se dicen sobre el querido Enrique.
Si sabes algo te pido me respondas aquí ya que me he suscrito para poder precisamente enterarme si respondes.
Una vez más, perdón por la intrusión pero la gravedad del tema lo justifica.
Saludos.
Atilio
Nada hay que perdonar, querido Atilio, sino agradecerte que hayas llegado hasta aquí para interesarte por nuestro común amigo Enrique.
ResponderEliminarEstoy desolada después de haberme comunicado con su prima Rosa, porque me ha confirmado que la tristísima noticia es cierta. Toda la familia está destrozada, sin todavía poder creer que Cacho, como ellos le llamaban, ya no está.
El triste desenlace fue el día 19 de julio. Ellos están extrañados de que se haya publicado una entrada posterior en el blog de nuestro filósofo. No entiendo de esto más que lo justito, pero se me ocurre que pudo dejarla programada (?).
De cualquier forma, no dejes de escribirle a Rosa a su email, te lo agradecerá grandemente porque ahora lo que más les alivia es saber cuántas personas, amigos virtuales, tenía Enrique.
No consigo entrar en tu blog, no entiendo por qué no me deja... Te envio un caluroso abrazo y mi opinión de que hay personas que ejercen su libertad de vivir y morir como quieren, y contra eso, nada tenemos que decir el resto.
Campanilla:
ResponderEliminarLamento la tardanza en responder pero estoy de viaje en Suiza y mis ocupaciones me impiden estar conectado a menudo.
Lei el comentario de Rosa sobre Enrique y entre en contacto con ella ofreciendo mi respuesta a la pregunta que formulo.
En cuanto a mi blog, no existe en realidad.
Hubo algo de material en el pasado pero existe solo para permitirme tener un avatar que no es tal pues uso mi nombre real. Fue un requisito de otro blog en el cual participe por mucho tiempo y fue alli, hqace casi 10 anios que conoci a Enrique.
Teniamos proyectos juntos y habiamos co,enzado lentamente a escribir un capitulo de un libro mio juntos.
Disculpa la falta de acentos y "enies" pero estoy escribiendo con un teclado frances.
Por ultimo, he querido enviarte un mail por razones de discrecion pero el que aparece en tu blog no funciona.
Saludos y mi solidaridad en esta trajedia que nos ha hermanado a todos aquellos que le queriamos a Enrique. Hasta parece que hubiese hecho algo hermoso inclusive con su muerte.