Niña picaporte

En general, se entiende por Filosofía lo que describen innumerables libros guardados en estanterías polvorientas de Bibliotecas y Universidades. O lo que cultivan los filósofos. Pero esta visión es ajena al mundo y elitista, al margen de la opinión pública.


Muy al contrario, yo creo que todos filosofamos alguna vez, o muchas. Incluso desde niños nos hemos preguntado ¿Qué hacemos aquí? ¿Por qué existen las cosas? ¿Qué sentido tiene el Universo? ¿Por qué yo soy yo y no otro?...


Al fin y al cabo Filosofía: Amor a la sabiduría. Necesitamos saber, comprender y por eso nos hacemos preguntas. Otra cosa es que filosofemos bien o mal, pero dudo que se pueda aprender a hacerlo, como se aprende a sumar o a leer. Cada uno tiene su propia filosofía, y seguramente no más correcta o más sabia, por haber estudiado o leido más. 


Me maravilla la filosofía de las gentes de campo, que resuelven las dudas, a menudo, de una forma más práctica y sencilla que los que viven entre lecturas elevadas y tertulias cultas.


Recuerdo que cuando era niña y me ponía a escribir en vez de jugar, me preguntaban si no me aburría, y yo pensaba, "no se si me aburro o no, pero es que tengo que dar vueltas a algunas cosas que me inquietan, e intentar resolverlas".


De esta forma descubrí, que de alguna manera, tenía que mutar de niña a picaporte, el problema es que no sabía cómo y de hecho, todavía no se cómo hacerlo.


"Los picaportes están en las puertas. Todo el mundo los acaricia cuando entra o sale de las habitaciones. Son objetos, por lo tanto no tienen necesidad de comer (algo muy fastidioso para mi), tampoco están obligados a hablar, ni a ir al colegio. Son prácticamente invisibles, porque casi nadie repara en ellos... Sin embargo ellos están ahí perennemente observando todo y a todos. La vida pasa por ellos, pero ellos no pasan por la vida. Fuera complicaciones."


Tal era mi filosofía cuando contaba con 8 ó 10 años. Seguramente un buen psicólogo sepa interpretar esta fijación, que por cierto, aún me dura.