Las moscas

Es difícil encontrarles el lado amable.

En cuanto llega el buen tiempo aparecen y se reproducen vertiginosamente.

Aliadas de los vendedores de insecticidas, culpables de asesinatos múltiples... Las moscas.

Tuvo que ser un genio, Antonio Machado, quien nos regalara otra visión de ellas.

En su poema "Las moscas" publicado en su primer libro, "Soledades", las llama pequeñitas, revoltosas, amigas viejas... golosas, familiares y evocadoras.

No son como las abejas, ni como las mariposas. Pero sí es cierto que han sido compañeras de infancia, adolescencia y juventud. Que se han posado sobre todas nuestras cosas... Que no no nos han abandonado ni en el salón de casa ni en la escuela, cómplices de persecuciones sin fin.

Hasta las moscas pues, tienen su encanto.

Y para terminar de halagarlas, llegó Serrat e interpretó este hermoso poema y lo hizo inolvidable.

A pesar de todo, no se si seremos capaces de resistirnos a la tentación de, como cada verano, intentar exterminarlas a toda costa.

¡Que Machado nos perdone¡.